domingo, 25 de febrero de 2018

Kosovo

Me cuesta ver de lejos
de cerca

prefiero leer
no quiero que
ordenes tu casa
ni que hagas tu cama
si la voy a deshacer
la liberación real viene de
una compresión mayor,
me dijo, y se puso a mirar
la pared blanca sentado en loto,
pero no eras vos.
Vos estás cansado y casi sin batería
sin luz
en-re-ve-sa-do
y quién dice que ahí hay una verdad
¿estás cansado?
¿estás mareado?
¿estás?
Dormite y amanecé
abrazado a mí.

Me gusta Kosovo,
no me gusta Berlín.
Si no hay música, yo te canto.
El silencio también es
una canción
llena de ruiditos
dibujados en el aire
y de pájaros negros.

El tiempo es
el proceso de evolución
de las cosas.
Esperamos tanto tiempo,
dijiste.
Pero el tiempo es una serpiente,
el tiempo es una distancia.

Mientras tanto, sos un halo de misterio
que camina sigiloso por los tejados
de La Paternal
un gato huidizo
que me mira y se va
siempre se va.

Escribo y escribo y escribo,
pongo el cuerpo
por encima de las palabras.
Pero me falta el tuyo fosforescente.

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