domingo, 25 de febrero de 2018

Otras formas de Pampero


De Andrei Fernández, Tucumán

Kosovo

Me cuesta ver de lejos
de cerca

prefiero leer
no quiero que
ordenes tu casa
ni que hagas tu cama
si la voy a deshacer
la liberación real viene de
una compresión mayor,
me dijo, y se puso a mirar
la pared blanca sentado en loto,
pero no eras vos.
Vos estás cansado y casi sin batería
sin luz
en-re-ve-sa-do
y quién dice que ahí hay una verdad
¿estás cansado?
¿estás mareado?
¿estás?
Dormite y amanecé
abrazado a mí.

Me gusta Kosovo,
no me gusta Berlín.
Si no hay música, yo te canto.
El silencio también es
una canción
llena de ruiditos
dibujados en el aire
y de pájaros negros.

El tiempo es
el proceso de evolución
de las cosas.
Esperamos tanto tiempo,
dijiste.
Pero el tiempo es una serpiente,
el tiempo es una distancia.

Mientras tanto, sos un halo de misterio
que camina sigiloso por los tejados
de La Paternal
un gato huidizo
que me mira y se va
siempre se va.

Escribo y escribo y escribo,
pongo el cuerpo
por encima de las palabras.
Pero me falta el tuyo fosforescente.

sábado, 24 de febrero de 2018

miércoles, 14 de febrero de 2018

Viaje

Que lo aprendido
en este tiempo
me acompañe
por el resto 
de mi vida.

Que me sea dado
comprender
lo aprendido
en este tiempo.


Santa Rosa, Uruguay, 14 de febrero de 2018

domingo, 11 de febrero de 2018

"Apuntes para un aprendizaje del arte", Diana Aisenberg

Algunas preguntas que respondí:


1) ¿A cuántos días estás de morirte?
Ni idea.

2) ¿Adónde te gustaría viajar?
A India.

3) ¿A qué colegio fuiste?
A Nuestra Señora del Sagrado Corazón, de Belgrano R.

4) ¿A qué hora te levantás?
Los días de semana, a las 6 de la mañana.
Los fines de semana, cuando me avisa el cuerpo.

5) ¿A qué jugabas de chica?
En Ushuaia, con palitos, piedras y brea en el bosque.
En Buenos Aires, al supermercado (quería ser cajera).

6) ¿A qué le rendís culto?
A la naturaleza, a Dios.

7) ¿A qué le tenés miedo?

A la violencia.

8) ¿A qué sos adicta?
Al mate.

9) ¿A quién entrevistarías?
Me hubiera gustado entrevistar a Spinetta.

10) ¿A quién le interesa lo que a vos te interesa?

A los espíritus sensibles que buscan y aman la verdad.

11) ¿A quién nunca le harías daño?
A nadie.

12) ¿A quién escuchás?
Al canto de las aves.

13) ¿Adónde viajaste la última vez?
Al Fortín de Santa Rosa, en Uruguay.

14) ¿Ahora qué pasa?
Llueve, estoy al lado de un fuego y acabo de conocer providencialmente a una pareja de instructores de kundalini que entraron a hospedarse adonde estoy.

15) ¿Alguna obra que te gustó dejó de gustarte?
Unas medio oscuras de Sábato, cuyo nombre no recuerdo. Estaban expuestas en Bellas Artes hace como diez años.

16) ¿Bailás sola en tu casa?
Poco.

17) ¿Cada cuánto te lavás las manos?
Cada vez que las siento sucias. Eso es muy seguido.

18) ¿Cada cuánto te mirás las manos?
Cada vez que escribo, cocino, cuido las plantas y cuando me pongo crema después de lavarme las manos. Eso es muy seguido.
Me gustan mucho mis manos.

19) ¿Caminar por la cuidad o mirar por el piso 35?
Caminar por la ciudad.

20) ¿Ciudad o campo?
Los dos.

21) ¿Cómo curás tus dolores?
Con homeopatía, medicina antroposófica, osteopatía, música y amor.

22) ¿Cómo decidís tu corte de pelo?

Como lo siento.

23) ¿Cómo decidiste ser artista?
No lo decidí. Escribir es naturalmente mi lenguaje desde los 10 años de edad. No conozco otro. No puedo dejarlo. Me ahogo sin él.

24) ¿Cómo puede el arte salvar a la Humanidad?
Siendo honesto.

25) ¿Cómo elegís hacia dónde dirigirte?

Escucho lo que dice mi alma. Les presto atención a mis sueños e intento entenderlos. Sigo el camino que tiene corazón.

A la montaña no tengo que subir sola

Pocas cosas
me ha enseñado
mi padre,
pero no por escuetas
menos valiosas.

Que a la montaña
no tengo que subir sola
que la montaña
debo bajarla de costado.

Me enseñó análisis matemático
y así aprobé primer año
en la facultad de ingeniería.

Yo sólo quería enseñarle
que si él me enseñaba
iba a poder hacerlo,
pese a haberme graduado
en un colegio de Humanidades.
Y de ser mujer.
De ser mujer.

De niña, me llevó al campo,
era un invierno fatal,
a la tierra
adonde habían llegado
de Italia los Iannuzzi,
que tuvieron mucho
y después nada
y después mucho,
y así.

Y como un Napolén
con botas de goma Pampero
embarradas hasta las rodillas
trazó los límites de su territorio
con los ojos
me enseñó el silencio de la tristeza
y la austeridad más extrema.
Y que si entre hermanos se pelean
los devoran los de afuera.
Y entonces vi cómo los devoraban
aves carroñeras a ellos.

No supo enseñarme el amor
más que de maneras torpes,
casi órdenes eran.

"Te envío deseos
de pronta mejoría",
me dejó escrito una vez
en una esquelita
en la cocina de mi casa.

Mi padre, un soldado del siglo XVIII
al que aún no puedo perdonar.

Maneras torpes del amor
que a mis casi 40 años
copio como una alumna ejemplar
con caligrafía perfecta.

¿Sabrá mi padre que
escucho a Spinetta, a Charly,
a Violeta Parra?

¿Entenderá cuando Pappo canta
"Adónde está la libertad
no dejo nunca de pensar"?

¿Imaginará mi padre que
lo perdonaron todos los hombres
bohemios
marxistas
hippies
artistas
peronistas
judíos
que me amaron y que
no supe corresponder?

¿Qué será de mi padre hoy?




Fortín de Santa Rosa, Uruguay, febrero de 2018

miércoles, 7 de febrero de 2018

En el cielo del chaco vi

dibujos que ahora
intento descifrar
en mis sueños.

Cualquier lugar es
el territorio.

Las personas se parecen
a los paisajes
que las habitan.

Viajás, viajás, viajás,
y en todos lados
estás vos.

Y ése es
el aprendizaje.


Fortín de Santa Rosa, Uruguay, febrero de 2018