lunes, 26 de septiembre de 2016

cuántas

hace diez años solía cenar en La Reina Kunti. tenía el pelo largo casi por la cintura, llevaba flequillo, usaba chupines de jean azul oscuro y chatitas negras de charol. tenía un novio periodista y trabajaba ocho horas por día en la redacción de un diario. fumaba algún que otro cigarrillo. no existían las redes sociales. todavía no había publicado ningún libro de poesía, aunque sí había escrito un montón. salgo a comer muy poco ahora, tengo el pelo por los hombros, hace dos meses empecé a teñirme las canas. uso vestidos sueltos. no soporto la ropa ajustada. doy clases de literatura por las mañanas, a la tarde curso un posgrado y hago yoga y eutonía. publiqué cinco libros de poesía, dos de estudios poéticos. estoy escribiendo dos libros más. ¿cuántas vidas hay adentro de una vida? ¿cuántas personas somos hasta que nos morimos y volvemos a nacer?

domingo, 18 de septiembre de 2016

hay partes de mí que ya empezaron a morirse

no es poético, es una muela. la pieza número 37. o 27, no recuerdo, ni sé cuántos dientes y muelas tenemos las personas. lo cierto es que dos odontólogos muy comprometidos con la vida de los dientes están compenetrados haciendo todo lo posible para que mi muela no deba ser enterrada en el cementerio de los dientes que ya no sirven. los imagino haciendo su juramento hipocrático "por los dientes de la sociedad argentina". 
está siendo el 2016 el año en el que prácticamente fui al médico todas las semanas: hematólogo, ginecólogo, dermatólogo, dentista, clínico, oftalmólogo, homeópata. sin contar otras disciplinas relacionadas con el cuerpo: osteópata, acupunturista, cosmiatra. ¿en qué momento empecé a vivir tan en mi cuerpo? ¿cómo hacen esas personas que viven desconectadas absolutamente de su cuerpo, que no hacen actividad física, ni se arreglan las uñas de los pies?

martes, 13 de septiembre de 2016

todas las vidas

Estos días grises de lluvia previos a la primavera me hacen sentir que podría vivir en una ciudad balnearia como Miramar, con un perro. Vendería telares de árboles hechos por encargo y comida sana vegetariana, en una casa de los años cincuenta de una planta frente al mar. Haría caminatas a la mañana temprano por la orilla, con campera, calzas y zapatillas. A la tarde escribiría. Estaría en silencio la mayor parte del día. Tendría el pelo largo, enredado la mayor parte del tiempo, las uñas sin pintar, la piel muy blanca.

domingo, 11 de septiembre de 2016

sobre "Encenderé un fuego", del otro lado de la cordillera

"Encenderé un fuego saca agua del pozo de la gran y potente letrística del rock argentino de las últimas décadas, con esa capacidad de abstracción lírica. Así Belén Iannuzzi habla de lo vivido, lo personal, lo que le incumbe sin dejar de apelar a un nosotros, agazapado, en los mismas vivencias de las que escribe con belleza..."

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martes, 6 de septiembre de 2016