lunes, 23 de mayo de 2016

"Celebro la importante brecha que existe entre el espejismo virtual (una masa informe que comenta como obligada por una fuerza extraña, un grupo indeterminado de personas sometidas a una rara especie de esclavitud tecnológica que parece abstraerlos de cualquier asomo de actividad cultural o intelectual) y la gente real: en carne y hueso; aquellos que se presentan delante de uno y mirando a los ojos del prójimo. Codo a codo compartimos un instante en la calle o dos horas de un concierto/recital de música y la (viva) la diferencia es importante y muy digna de mencionar. Entonces, en el mundo real (que también es cruel y desigual como mundo que es) prima y se impone el respeto, la atenta cordialidad, la entrega y una mayor tolerancia que parece haber desaparecido de sitios en donde la gente se reúne a escribir sin mirarse, sin saber quién es el otro, con la irrecuperable sensación de tribuna inexistente, escribiendo para nadie, opinando para nadie, sentenciosos en la soledad de un teclado. Como yo en la soledad del cuarto del hotel, escribiendo para la memoria."

Andrés Calamaro en su muro de FB

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