miércoles, 25 de febrero de 2015

del otro lado
de la pantalla
estás verde
fresco
como un bombón
de fruta
y hablarte o no
es comerte o no
un bombón
de chocolate
mentolado
te escribí
algunos poemas
tristes
hice un caminito
de papel
de pañuelo
descartable.

martes, 24 de febrero de 2015

lo que cambia

el domingo salimos a comer con mi mamá a un restaurante francés chiquito que hay en el boulevard (qué ridículo para este barrio). pero antes vino a mi casa y tomamos un té. no sé de qué es el té porque la etiqueta está escrita en noruego. su color es rosa. las hebras son cascaritas, frutos secos y algo de cardamomo, pero poco. cuando volvimos de cenar y abrí la puerta de mi casa, el living se había bañado del perfume a ese té.
la semana pasada fuimos con mi querida amiga J a conversar y tomar mate a Agronomía. caminamos un rato por aquí y por allá, entre los árboles añosos, las vías del tren, los yuyos, las familias, las reposeras, los edificios donde se dictan las clases. hasta que finalmente J sacó la lona y nos sentamos. y cuando nos pusimos al día, se había hecho de noche. y ese bosque urbano se había convertido en un paisaje industrial, de la periferia, abierto, descampado.

viernes, 20 de febrero de 2015

Llamado por los malos poetas

Se necesitan malos poetas.
Buenas personas, pero poetas
malos. Dos, cien, mil malos poetas
se necesitan más para que estallen
las diez mil flores del poema.

Que en ellos viva la poesía,
la innecesaria, la fútil, la sutil
poesía imprescindible. O la in-
versa: la poesía necesaria,
la prescindible para vivir.

Que florezcan diez maos en el pantano
y en la barranca un Ele, un Juan,
un Gelman como elefante entero de cristal roto,
o un Rojas roto, mendigando
a la Reina de España.

(Ahora España
ha vuelto a ser un reino y tiene Reina,
y Rey del reino. España es un tablero
de alfiles politizados y peones
recién comidos: a la derecha, negros, paralizados, fuera del juego).

Y aquí hay torres de goma, alfiles
politizados y damas policiales
vigilando la casa.

A la caza del hombre,
por hambre, corren todos, saltan
de la cuadrícula y son comidos.

Todo eso abunda: faltan los poetas,
los mil, los diez mil malos, cada uno
armado con su libro de mierda. Faltan,
sus ensayitos y sus novela en preparación.
Ah.. y los curricola,
y sus diez mil applys nos faltan.

No es la muerte del hombre, es una gran ausencia
humana de malos poetas. Que florezcan
cien millones de tentativas abortadas,
relecturas, incordios,
folios de cartulina, ilustraciones
de gente amiga, cenas
con gente amiga, exégesis, escolios,
tiempo perdido como todo.

Se necesitan poetas gay, poetas
lesbianas, poetas
consagrados a la cuestión del género,
poetas que canten al hambre, al hombre,
al nombre de su barrio, al arte y a la industria,
a la estabilidad de las instituciones,
a la mancha de ozono, al agujero
de la revolución, al tajo agrio
de las mujeres, al latido
inaudible del pentium y a la guerra
entendida como continuidad de la política,
del comercio,
del ocio de escribir.

Se necesitan Betos, Titos, Carlos
que escriban poemas. Alejandras y Marthas
que escriban. Nombres para poetas,
anagramas, seudónimos y contraseñas
para el chat room del verso se necesitan.

Una poesía aquí del cirujeo en la veredas.
Una poesía aquí de la mendicidad en las instituciones.
Una poesía de los salones de lectura de versos.

Una poesía por las calles (venid a ver
los versos por las calles...)

Una poesía cosmopolita (subid a ver
los versos por la web...).

Una poesía del amor aggiornado (bajad a ver
poesía en el pesebre del amor...)

Una poesía explosiva: etarra, ética,
poéticamente equivocada.

En los papeles, en los canales
culturales de cable, en las pantallas
y en los monitores, en las antologías y en revistas
y en libros y en emisiones clandestinas
de frecuencia modulada se buscan
poetas y más malos poetas:
grandes poetas celebrados pequeños,
poetas notorios, plumas iluminadas,
hombres nimios, miméticos,
deteriorados por el alcohol,
descerebrados por la droga,
hipnotizados por el sexo
idiotizados por el rock,
odiados, amados por la gente aquí.

En las habitaciones se buscan.
En un bar, en los flippers,
en los minutos de descanso de la oficina,
entre dos clases de gramática,
en clase media, en barrios
vigilados se buscan.

¿Habrá en la tropa?
¿En los balnearios, en los baños
públicos que han comenzado a construir?
¿En los certámenes de versos?
¿En los torneos de minifútbol?
¿Bajo el sol quieto?
¿A solas con su lengua?
¿A solas con una idea repetitiva?
¿Con gente?
¿Sin amor?

No es el fin de la historia, es
el comienzo de la histeria lingual.

Todo comienza y nace de una necesidad fraguada en la lengua.
Falsifiquemos el deseo:
Te necesito nene.
Para empezar te necesito.
Para necesitar, te pido
ese minuto de poesía que necesito, necio:
quisiera ver si me devuelves el ritmo de un mal poema,
que me acarices con sus ripios,
que me turbes la mente con otra idea banal,
y que me bañes todo con la trivialidad del medio.

Y en medio del camino, en el comienzo
de la comedia terrenal, quiero vivir
la necedad y la necesidad
de un sentimiento falso.

Se necesitan nuevos sentimientos,
nuevos pensamientos imbéciles, nuevas
propuestas para el cambio, causas
para temer, para tener,
aquí en el sur.

Y arriba España es un panal
de hormigas orientales:
rumanas, tunecinos,
suecas a la sombra de un Rey.

Riámonos del Rey.
De su fealdad.
De su fatalidad.
De Su Graciosa Realidad.
La realidad es un ensueño compartido.
La realidad de España
es su filosa lengua pronunciando la eñe
y su mojada espada pronunciando el orden
del capital y la sintaxis.

¡Ay, lengua:
aparta de mí este cuerno de la prosperidad clavado en tu ingle,
suturada de chips, y cubre
nuestras heridas con el bálsamo de los malos poemas...!



Fogwill

miércoles, 18 de febrero de 2015

mi jardín es el verde
también la hojarasca
escribir es quebrar el silencio
cuando la flecha 
atraviesa la garganta
la madrugada
el alba
la aurora 
la mañana
de este lugar sólo podría salir
gracias a un milagro o un desastre
hoy deseo ambos por igual
soy astilla de la madera más extraña
soy astilla de una madera que no maridó.

martes, 17 de febrero de 2015

me encanta el carnaval, me encanta el corso, me encanta ver a los nenes bajando de los micros tan emocionados antes de actuar. pagana, popular, celebración milenaria de la igualdad y la fertilidad. me encanta ver a los chicos y a las chicas dar patadas voladoras en aire, las mismas que daban los esclavos de la colonia durante los días que duraba la fiesta y eran libres por un rato, sin cadenas ni grilletes en los tobillos.

domingo, 15 de febrero de 2015

Estramonio (Datura stramonum)

Crece en lugares incultos, en sitios arenosos, en los escombros. Sus hojas son amargas y despiden un olor nauseabundo. Se administra en varias formas, pero como es una planta peligrosísima, aconsejamos que sólo se empleen sus hojas desecadas para fumarlas en cigarrillos contra el asma, pues es un remedio que alivia siempre, dejando las diversas aplicaciones que tiene a disposición del médico.

Botánica oculta: De esta solanácea se hace un uso extraordinario en la magia negra. Por esto, los franceses la llaman "hierba del diablo". Una gran dosis de ella entra en la composición de una pomada de los brujos, con la cual se untaban todo el cuerpo para asistir a la fiesta sabática denominada aquelarre.

Planeta: Saturno.

Diccionario de Botánica Oculta, Paracelso (siglo XVI)

viernes, 13 de febrero de 2015

"Escribo sin la esperanza de cambiar nada. No cambiar nada... porque en el fondo no estamos tratando de cambiar las cosas; estamos tratando de florecer."

Clarice Lispector

miércoles, 11 de febrero de 2015


la llamada, Paul Gauguin, 1902



(se puede ver en el Museo Nacional de Bellas Artes)

"Abril 17. 8 am. Como me propiné una buena cantidad de cocaína y opio pude pasar una buena noche. Y vuelta a bailar anoche. Yo lo hacía con sobretodo hasta la boca y gorro hasta los ojos; terminó a las 11 pm.
Esta mañana se ve Tenerife, al oeste, a distancia de 15 o 20 leguas. Se distingue entre brumas su cono enorme, casqueado de roca. La mitad interior está oculta por montes y serranías lejanas. Veré de tomar a medio día una instantánea".
Horacio Quiroga, Diario de un viaje a París, 1900

domingo, 8 de febrero de 2015

Esta noche de domingo, Teté, viene Carlos Sebastian Busqued a la radio. Hablaremos de "Bajo este sol tremendo", de sus bandas preferidas (¿Suicidal Tendencies?, ¿Anal Vomit?), de la nueva novela que está escribiendo, de la alta literatura de la revista "Cabildo". A las 20 por LA TRIBU 88.7 FM. Donde el rock vive. Ah, no. Bueno, sintonicen igual! La Claraboya, de Carlos Rosa

sábado, 7 de febrero de 2015

Cómo conocí a JL


Habíamos quedado por mail en que después del mediodía del martes pasaría a dejar las revistas. Darío me había hablado de un "living pop" sobre la calle Moreno en donde pasaban cortos y tomaban tragos. Pensaba que ese lugar podía funcionar como espacio de circulación de nuestro pasquín literario. Creíamos tanto en la literatura. Creíamos tanto en nosotros. Pero ese living pop mítico se había mudado a La Catedral, un lugar secreto y mágico-tenebroso en la calle Suipacha, casi Córdoba. Para entrar, había que tocar un timbre de lata oxidado, esperar que alguien escuchara desde el fondo y viniera caminando a abrir la puerta. Atravesar ese pasillo largo y gris y faaaa, abrir la mirada y los sentidos a ese living pagano que había sido una iglesia. Y entre bancos metalizados y sillones de pana azul, un vitreaux del Espíritu Santo hacía reflejo sobre el vaso con agua que J me convidó. Porque era febrero, o por ahí. Y hacía mucho calor. J transpiraba y yo vivía mi karma de esa época: estaba buena pero no lo sabía. J recibió las revistas con mucho interés. Después de diciembre de 2001, toda expresión genuina, horizontal, artística era recibida por los otros como un trofeo, como una pequeña victoria colectiva. No había celulares en esa época. No de manera masiva. Así que comenzamos una simpática relación vía e-mail. Un día me invitó a ver a Hernán "un poeta de los Verbonautas que va a presentar un libro nuevo, Madrecitas de veintipico". Pero no fui. Otro día me invitó a ver a Narcotango, un grupo de tango electrónico, un género tan de moda en esa época, que la había pegado en Europa y estaba repentinamente de gira por Buenos Aires. Pero tampoco fui. Y debo reconocer que no recuerdo con claridad cuál fue nuestra primera cita. Pero podría ser ese mismo verano en el Parque Lezama, cuando fuimos a ver un recital del Chango Spasiuk después de atravesar un corso sobre la calle Independencia, con nenes que tiraban espumita y luces de colores. O alguna película por algún cine del centro, porque andábamos bastante por el centro. No, no recuerdo con claridad. Pero sí recuerdo, en un plano secuencia en HD, la primera vez que entré a la casa de la calle Perú, donde vivía junto a un grupo de músicos, cineastas, extranjeros y quéséyo. ¿Qué era eso, por favor? ¿Era eso Disneylandia? Una escalera larga de mármol con unos potus que colgaban, un sillón roído en un rincón, instrumentos musicales de Hamacas al río, un gato, un pasillo y las mil y una habitaciones. En invierno hacía mucho frío, pero nos tapábamos con mantas y una bolsa de dormir y nos abrazábamos como en Viven. y charlábamos hasta las mil sobre Perrone, el oeste (de donde él era), el cine de autor, el dogma, porque era la época del dogma. y veíamos cortos que después proyectarían en ciclos en La Catedral y más tarde en la Biblioteca Nacional. vimos también un mundial juntos, qué mundial habrá sido. y gracias a él conocí y pude entrevistar a Leonardo Favio para el primer diario en el que trabajé. pero it´s all downhill after the first kiss. tampoco recuerdo cómo terminó. nunca fue algo formal tampoco, aunque en algún momento quisimos que lo fuera. él viajaba, iba y venía con sus cortos, México, Brasil. nos encontramos por azar una tarde en la línea D, y empezamos a vernos de nuevo. y cometimos el error de querer hacer un libro juntos sobre Favio. ya era el 2008 o 2009. 
hace dos años, una noche, de casualidad, nos cruzamos en la Plaza de Mayo en un recital de Calle 13. J me miró con ojos de odio y siguió de largo con sus amigos sin saludarme. le escribí un mail amoroso después de eso. nunca me lo contestó. 

viernes, 6 de febrero de 2015

datura stramonium, o miyaya para la medicina araucana. crece al costado de los caminos, al lado de las vías de los trenes, sobre la basura. su función natural es limpiar.




martes, 3 de febrero de 2015

inspirada en la serie "cómo conocía a" de Rosario Bléfari, empiezo mi serie "cómo conocí a".

Cómo conocí a C

Trabajaba en un diario. Era sábado de noche, estaba en la redacción y me habían dado para corregir una nota que saldría en la revista del domingo. La nota se titulaba "El zen no es cool" y era una larga crónica de un periodista que había pasado un mes en un campamento de verano en un templo zen en Córdoba. Cuando terminé de corregirla, le pregunté a la editora quién era el periodista, porque quería conocer ese lugar. Yo también quería ser zen. Ella me dijo "¿Cómo? ¿No lo conocés? Es el que fue actor porno para una crónica y sepulturero también para una crónica, y entrevistó a tal tal y tal y tal y tal y tal". Bueno, ¿era una estrella del periodismo gráfico? OK. No, no lo conocía.
Nos encontramos un jueves a la noche en Dadá. Me dijo "El zen no es cool" y "El zen no es para vos".
Vivía en un pueblo a dos horas de Buenos Aires. Los fines de semana, me buscaba por la redacción e íbamos al cine o al teatro. O yo viajaba en una combi hasta allá, donde me esperaba sentado en una cascada artificial adentro de una galería que era la terminal. Andábamos en bicicleta por un parque, a la laguna no fuimos nunca porque decía que quedaba lejos y estaba sucia. Cocinaba para mí, veíamos películas, hablábamos de espiritualidad, de Gurdjieff, íbamos a comer a un club en el pueblo y teníamos mucho sexo. A veces los perros entraban en la casa mientras estábamos cogiendo y nos miraban. A la mañana temprano, antes de que saliera el sol, se despertaba y pasaba dos horas frente a una pared blanca. El zen no era para mí. Después de algunos meses dejamos de vernos. Ahora es sufi y está construyendo una mezquita en su casa. Tiene otra mujer, la tercera, y otro hijo, el tercero, de la tercera mujer. Le escribí un poema.
"Esto que está pasando, pensaba, es mi vida. Esto es mi vida, mi vida. Y yo soy yo, yo."

Juan José Saer, El entenado
Porque ese cielo azul 
que todos vemos
ni es cielo, ni azul. 
¡Lástima grande 
que no sea verdad 
tanta belleza! 

Lupercio de Argensola 

(España, siglo XVI)

lunes, 2 de febrero de 2015

no sé quiénes son

todas esas personas en internet
que sonríen con boca de pato 
en fotos tomadas en la costa atlántica
creo que nos quieren hacer saber que son felices
la psicóloga dice lo que decís de ellos lo decís de vos
copiaría acá un mail
meditaría hasta dormirme o morirme
tomaría ácido ayahuasca san pedrito para ver a dios
y que me diga de una vez
de qué se trata todo esto
¿de qué se trata todo esto, dios?
como fer que tomó san pedro y vio su misión y ahora
vive en misiones justamente con tucanes y víboras
una vez más estoy frente a una situación del tipo
tengo 3000 amigos en facebook y vos no tenés facebook
el portero se fue de vacaciones a córdoba con el novio
por quince días a tomar pretty cola y descansar
leo un libro por día y pienso que
no sé nada acerca de la escritura
salvo que la escritura no es un proceso intelectual
chico que ayer pediste a los gritos carne con papas fritas
en el bar ribera sur de la boca,
me enamoré de vos
de tus modales bruscos 
de tu barba mal cortada
pero no creo que volvamos a vernos.